Muchos piensan que la meditación requiere estar sentado, pero el verdadero Zen en movimiento se logra caminando conscientemente. La meditación caminando (o walking meditation) es una herramienta poderosa para reducir el estrés y volver la atención al momento presente.
Cómo practicarla:
Concentración: Elige una ruta clara (por ejemplo, 10 minutos). Deja a un lado el teléfono.
Ritmo: Camina despacio y de forma consciente. Su atención debe estar centrada en las sensaciones.
Detalles: Sienta cómo el talón toca el suelo, cómo el peso se traslada al pie, cómo los dedos se despegan de la superficie.
Enfoque: Si los pensamientos le distraen, vuelva suavemente la atención a la sensación de caminar. Esto permite que el cerebro descanse del análisis constante.
